La Clínica Jurídica de la Universidad de Concepción Campus Chillán continúa siendo un pilar fundamental en la formación práctica de sus estudiantes de Derecho. Recientemente, estudiantes de la Clínica participaron en la audiencia preparatoria de una causa por pensión de alimentos tramitada ante el Juzgado de Familia de Chillán, bajo la orientación de la docente tutora, María José Navarrete Dávila. En esta instancia, los estudiantes Nicolás Moscoso Espinoza y Giovanni Benvenuto Molina tuvieron un rol activo, realizando la relación de la demanda y presentando la minuta de la prueba que se incorporará en la audiencia de juicio.
La labor de la Clínica Jurídica no sólo permite a los estudiantes adquirir conocimientos teóricos, sino que también los sumerge en el ejercicio real del derecho, brindándoles la oportunidad de defender los intereses de los usuarios en procesos judiciales. Nicolás Moscoso destacó la importancia de esta experiencia: "Mi paso por la Clínica Jurídica fue muy bueno. Me sentí muy acompañado por la profesora Navarrete, quien nos permitió explayarnos y tomar con responsabilidad y compromiso este caso para defender a la usuaria. Aprendí muchísimo, principalmente sobre la comparecencia ante un Tribunal, pero también sobre el desarrollo, ya en la práctica, de un juicio y de los diversos incidentes que pueden promoverse durante el transcurso de la audiencia".
Giovanni Benvenuto, por su parte, subrayó el valor educativo de su participación en la Clínica: "Mi experiencia como estudiante de la Clínica Jurídica ha sido bastante positiva. Junto con Litigación Aplicada del Derecho Laboral, estos electivos me han permitido aprender la forma en la cual el derecho se lleva a la práctica. Es una muy buena oportunidad para acercarse al ejercicio profesional en el área de Derecho de Familia y Derecho del Consumo, y también para nuestra carrera jurídica".
La Clínica Jurídica UdeC Chillán se destaca por su enfoque en la formación integral de futuros abogados, ofreciendo un espacio donde los estudiantes pueden aplicar sus conocimientos en contextos reales y asumir la responsabilidad de representar y defender los derechos de sus usuarios. Este enfoque práctico no sólo enriquece su formación académica, sino que también les permite experimentar de primera mano los desafíos y satisfacciones del ejercicio profesional, consolidando su preparación para el mundo laboral.